Existen materiales y técnicas que se consideran como una protección pasiva contra incendios, su función es retrasar la propagación del fuego y evitar que las estructuras de un edificio se dañen, para que los ocupantes salgan hacia zonas más seguras.
El riesgo de un incendio no sólo es mayor en los centros de trabajo donde se utilizan productos inflamables, también hay lugares como hospitales, escuelas, centros comerciales y oficinas donde los dispositivos de seguridad son indispensables para garantizar la protección de las personas.
¿Qué es?
Los sistemas de prevención de incendios pueden clasificarse en activos y pasivos, los primeros combaten al fuego de una manera activa, ya que incluso pueden ser utilizados por las personas, por ejemplo, los extintores y las alarmas centralizadas.
De acuerdo con la revista especializada Contra Incendio, la protección pasiva comprende elementos como puertas, pintura y techos reforzados con materiales endotérmicos que sirven para limitar la propagación del fuego, del humo y del calor hacia distintas zonas de un edificio. Con esto, se pueden obtener beneficios como:
- Garantizar la estabilidad del edificio.
- Facilitar la evacuación de las personas.
- Proteger de manera permanente al inmueble y sus ocupantes.
Gracias a su efectividad, este sistema se considera como un escudo contra el fuego que le da una mayor resistencia a la arquitectura de los inmuebles, es una protección permanente que no necesita de intervención humana para funcionar de forma correcta.
A continuación describimos algunos elementos de protección pasiva contra incendios para que sea más sencillo comprender cómo protegen las construcciones, ya sean industriales o comerciales.
Muros contra incendio
Los muros, también conocidos como cortafuego, están diseñados para disminuir la velocidad de propagación de un incendio, evitar el esparcimiento de las llamas y gases, así como proteger a los ocupantes de un inmueble cuando no puedan evacuar, según lo explica la Universidad de Chile.
Estos muros tienen una estabilidad estructural propia que los hace muy resistentes a las llamas por un tiempo máximo de seis horas, inician desde las cimentaciones y sobrepasan medio metro del borde de la cubierta.
Este tipo de paredes separan completamente dos partes de un mismo edificio, por lo que su espesor mínimo es de 15 centímetros. Hay algunos muros que en su interior tienen celdas cerradas llenas de aire que le confieren gran resistencia a la transmisión de calor.
El diseño de los muros tiene que estar dividido en compartimentos, para que cada uno impida la propagación del fuego a los compartimentos vecinos, de este modo se garantiza que las llamas no puedan rodearlos a lo largo de las fachadas ni por encima del techo.
Pintura intumescente
La pintura intumescente es un material que se utiliza para preservar las estructuras de una construcción cuando hay riesgo de incendio, actúa como una protección térmica y brinda un mayor tiempo para la evacuación antes de que ocurra un colapso estructural, puntualiza la Revista Construcción.
Esta pintura se aplica en columnas, vigas y techumbre, en caso de que la temperatura aumente (alrededor de 200°C), el producto se expande y forma una espuma carbonosa que funciona como aislante térmico. El objetivo es evitar que la estructura se caliente y colapse antes de que las personas hayan evacuado.
Selladores intumescentes
Se conoce como sellador intumescente al producto que se coloca en pequeñas aberturas de muros, alrededor de tuberías y en marcos de puertas y ventanas; su función es retardar la propagación del fuego al evitar el paso de humo y vapores hacia diferentes áreas de un inmueble.
Los selladores generan una barrera al paso del fuego, por eso es importante aplicarlos en cualquier apertura que se detecte en los muros. La mayoría de los selladores brindan una protección que dura cuatro horas, tiempo suficiente para realizar la evacuación.
Puertas contra incendio
Otros materiales considerados como protección pasiva contra incendios son las puertas cortafuego, generalmente se fabrican de metal porque les aporta resistencia y solidez. Son indispensables en muchos edificios porque crean un sistema de compartimentación que retrasa la propagación de las llamas y el humo.
En la Norma Oficial Mexicana NOM-002-STPS-2010, “Condiciones de seguridad-Prevención y protección contra incendios en los centros de trabajo” se detallan los criterios que debe de cumplir una puerta cortafuego, uno de ellos es que puedan abrirse mediante una operación simple de empuje.
“Las puertas tienen que ser de materiales resistentes al fuego y capaces de impedir el paso del humo entre áreas de trabajo, en caso de que se requiera impedir la propagación de un incendio hacia una ruta de evacuación o áreas contiguas por presencia de materiales inflamables o explosivos”, explica la NOM-002-STPS-2010.
Las puertas contra incendio se pueden instalar en una gran variedad de edificios, su resistencia al fuego es de 90 a 180 minutos. Además, tanto las chapas como la pintura son resistentes a la corrosión, lo que contribuye a una protección completa.
Techos resistentes al fuego
Se trata de un revestimiento con una estructura de soporte. Sin embargo, conviene aclarar que no se consideran elementos estructurales, sino una superficie con diferentes acabados que oculta la parte inferior del techo.
Son una parte importante en el diseño y construcción de un inmueble, con ellos se consigue una compartimentación horizontal que evita la propagación de gases calientes de un piso a otro, para que los ocupantes de los pisos más altos tengan tiempo de salir.
Puertas salida de emergencia
Un sistema de prevención y control de incendios no puede estar completo sin las puertas que funcionan como salida de emergencia. Estos materiales tienen que ser resistentes al fuego y a las altas temperaturas, lo más recomendable es que se abran en el sentido del flujo de tránsito, excepto cuando son corredizas.
La NOM-002-STPS-2010 pide que “las puertas consideradas como salidas de emergencia estén libres de obstáculos, candados, picaportes o cerraduras con seguros puestos durante las horas laborales, que impidan su utilización en casos de emergencia”.
Además, su funcionamiento debe ser automático, o bien, mediante dispositivos eléctricos que permitan una apertura manual en caso de que se interrumpa la energía eléctrica como consecuencia del incendio. Las salidas de emergencia tienen que contar con señalamientos que faciliten su identificación y no debe existir ningún tipo de obstáculo que retrase la evacuación.
Con todos estos elementos se consigue la eficiencia en la protección pasiva, sobre todo si consideramos que ningún inmueble está exento de sufrir emergencias relacionadas con el fuego, por lo que estos materiales proporcionan una seguridad permanente que puede salvar muchas vidas.