protección activa contra incendios

Protección activa contra incendios

La seguridad en un edificio es una condición que no se debe pasar por alto, una medida efectiva es la protección activa contra incendios, este tipo de emergencias pueden ocurrir en oficinas, escuelas, fábricas y hospitales, por lo que conviene saber sus ventajas.

Lo más recomendable es contar con protección activa y pasiva, esta última consiste en elementos estructurales que evitan la propagación del fuego, por ejemplo, las puertas contra incendio que no dejan pasar las llamas ni el humo, generando espacios seguros para los ocupantes antes de que los servicios de emergencia puedan rescatarlos.

¿Qué es la protección activa contra incendios?

La Universidad Politécnica de Cartagena describe a la protección activa como “un sistema destinado, de forma directa, a la lucha contra el incendio en su primera fase y a la sofocación de este en su segunda fase”.

Es preciso recordar que el fuego incipiente -etapa inicial- se puede extinguir con aparatos especiales para dicho fin, “sin la necesidad de utilizar ropa y equipo de protección básico de bombero, como botas, cascos y chaquetón”, explica el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred).

Controlar un incendio en etapas tempranas es importante porque conforme avanza la combustión, las condiciones que hay dentro de las instalaciones son difíciles y peligrosas para las personas, entre otras cosas, porque comienza a disminuir la presencia de oxígeno en el aire.

Es por eso que la protección activa está integrada por tres elementos fundamentales: detectores, rociadores y extintores. Con ellos es posible actuar a tiempo durante una emergencia, evitando desastres de mayores proporciones.

Importancia de la protección activa contra incendios

La protección activa contra incendios desempeña un papel crucial en la seguridad de las personas y la preservación de propiedades. Aquí tienes algunas de las razones por las que es importante:

  1. Salvaguarda de vidas humanas: La protección activa contra incendios, como los detectores de humo y los sistemas de rociadores automáticos, puede detectar incendios en sus etapas iniciales y activar alarmas, lo que da tiempo para que las personas evacuen de manera segura antes de que el fuego se propague.
  2. Minimización de daños materiales: Los sistemas de extinción de incendios pueden controlar y extinguir incendios antes de que causen daños significativos a edificios, equipos y recursos valiosos.
  3. Prevención de pérdidas económicas: Los incendios pueden tener un costo económico significativo para las empresas y propietarios de viviendas. La protección activa contra incendios ayuda a reducir el riesgo de pérdidas financieras debido a daños por incendio.
  4. Cumplimiento de normativas y regulaciones: En muchas jurisdicciones, la instalación de sistemas de protección activa contra incendios es obligatoria y está sujeta a regulaciones específicas. Cumplir con estas normativas es fundamental para la seguridad pública y para evitar sanciones legales.
  5. Preservación del medio ambiente: Los incendios pueden tener un impacto ambiental negativo, liberando contaminantes y afectando los ecosistemas. La rápida extinción de incendios ayuda a minimizar este impacto.
  6. Reducir el tiempo de respuesta de los servicios de emergencia: La detección temprana y la supresión inicial de incendios pueden reducir la carga de trabajo de los servicios de bomberos y permitirles responder a otras emergencias con mayor rapidez.
  7. Tranquilidad y seguridad: Tener sistemas de protección activa contra incendios en su lugar proporciona una sensación de seguridad y tranquilidad a las personas que trabajan o viven en un edificio.

Tipos de prevención activa contra incendios

Existen varios tipos de prevención activa contra incendios que se utilizan para detectar, controlar y extinguir incendios de manera efectiva. Algunos de los principales tipos incluyen

Detectores

Se conocen como detectores a los sistemas de alarma que registran la presencia de humo y fuego en el ambiente, activando una señal acústica que avisa a los ocupantes de un inmueble para que busquen un sitio más seguro.

El objetivo de estos equipos -según Cenapred- “es aprovechar los valiosos instantes iniciales, en los cuales se puede controlar un incendio. Los arreglos apropiados para la detección de incendios y dar la alarma, son un elemento esencial, además aseguran que las personas puedan evacuar con seguridad”.

La primera versión de este aparato apareció en 1902, el ingeniero George Andrew Darby, originario de Inglaterra, patentó un indicador eléctrico de calor que emitía una alarma cuando percibía cambios de temperatura en las áreas donde se colocaba.

A partir de este modelo se hicieron adaptaciones y mejoras, por lo que actualmente es posible encontrar varios tipos de detectores, su clasificación se basa en el fenómeno que detectan, como lo explica el Ministerio de Trabajo de España:

  • Iónicos. Perciben gases de combustión, es decir, humos visibles e invisibles.
  • Ópticos. Activan una alarma cuando detectan humos visibles.
  • De temperatura. Son aparatos que perciben la temperatura fija.
  • De radiaciones. Detectan tanto las radiaciones ultravioleta como infrarroja (llamas).

“Las instalaciones fijas de detección de incendios permiten la localización automática del incendio. Pueden vigilar permanentemente zonas inaccesibles a la detección humana”, por lo que es muy recomendable utilizar este tipo de protección activa, agrega el Ministerio español de Trabajo.

Rociadores automáticos

De acuerdo con la Asociación Mexicana de Rociadores Automáticos contra Incendios (Amraci), un rociador es “un dispositivo que tiene como objetivo generar un patrón de agua sobre una superficie incendiada”.

Una de las características básicas de estos dispositivos determina su capacidad para controlar o extinguir un incendio, se trata de la sensibilidad térmica, “una medida de la rapidez con la que el elemento térmico opera cuando está instalado en un rociador o conjunto de rociadores”, indica la Amraci.

Existen rociadores automáticos que tienen un elemento termo-activado, en caso de una emergencia, este se calienta por encima de su clasificación térmica para que el agua pueda descargarse sobre una zona específica.

Generalmente estos equipos son instalados en sistemas fijos automáticos que consisten en tuberías subterráneas y aéreas, por donde los rociadores descargan agua siguiendo un patrón de distribución sistemático. La cantidad de agua que se vierte sobre la superficie incendiada se calcula previamente y puede provenir de una o más fuentes de abastecimiento.

Extintores

Dentro de la protección activa contra incendios también se encuentran los extintores, descritos por Cenapred como “unos aparatos que contienen un agente extintor, que puede ser proyectado y dirigido sobre un fuego por la acción de una presión interna”.

Algunas sustancias consideradas como agentes extintores son el agua, los polvos químicos, los hidrocarburos halogenados y el anhídrido carbónico (CO2). Estos productos se almacenan en un cilindro o botella, que es la parte principal que compone a un extintor.

Otro elemento a tomar en cuenta es el agente impulsor, es decir, el producto que contiene el extintor y que permite la proyección al exterior del agente extintor. Los agentes más comunes son el aire comprimido, el nitrógeno y el anhídrido carbónico.

Según Cenapred, otras partes o piezas que conforman a los extintores son las siguientes:

  • Manómetro. Es un indicador de presión, contiene tres secciones que determinan si el aparato está vacío, lleno o sobrecargado.
  • Mango. Pieza fija de metal que sirve para sujetar el extintor.
  • Palanca. Es una pieza que al presionarla abre la válvula de escape a fin de que salga el agente extintor.
  • Manguera. También conocida como boquilla o trompeta, es la parte por donde sale el agente extintor y con la cual se guía hacia el incendio.

Por otra parte, la Norma Oficial Mexicana NOM-002-STPS-2010, “Condiciones de seguridad-Prevención y protección contra incendios en los centros de trabajo”, establece que se debe de colocar al menos un extintor por cada 300 metros de superficie si el riesgo de incendio es ordinario, y cada 200 metros si el riesgo es alto.

Además, es necesario que los centros de trabajo u otro tipo de inmuebles, cuenten con un programa anual de revisión de extintores, para verificar que se encuentran en buen estado y sea seguro utilizarlos durante una emergencia.

Para elegir el mejor extintor es necesario tomar en cuenta la eficacia, considerada como la capacidad de extinción que se indica en la carcasa de este dispositivo por medio un número y una letra.

“La letra define la clase de fuego para la que el extintor es eficaz, es decir, fuegos de clase A, clase B y clase C. El número cuantifica el grado de eficacia extintora en los fuegos de clases A y B”, puntualiza Cenapred.

protección activa contra incendios

Sistemas de supresión de incendios en cocinas comerciales

Estos sistemas están diseñados específicamente para extinguir incendios en cocinas industriales o comerciales, donde las llamas pueden propagarse rápidamente debido a la grasa y el aceite.

Diferencias entre una protección activa y pasiva contra incendios

La protección contra incendios se divide generalmente en dos categorías principales: protección activa y protección pasiva. A continuación, se presentan las diferencias clave entre ambas:

Protección Activa contra Incendios:

  1. Requiere acción en tiempo real: La protección activa contra incendios implica sistemas y dispositivos que requieren acción en tiempo real para detectar, controlar y extinguir un incendio. Por ejemplo, los sistemas de rociadores automáticos se activan cuando detectan calor o humo.
  2. Interviene una vez que se inicia el incendio: Estos sistemas entran en acción después de que se ha iniciado un incendio y su función principal es limitar la propagación del fuego y controlar las llamas hasta que lleguen los servicios de bomberos.
  3. Ejemplos de protección activa: Detectores de humo, detectores de calor, sistemas de rociadores automáticos, sistemas de extinción de incendios por gas, extintores portátiles, sistemas de aspersión de agua en edificios altos, sistemas de supresión de incendios en cocinas comerciales.
  4. Mantenimiento y supervisión constantes: Estos sistemas requieren un mantenimiento regular y supervisión para asegurarse de que estén listos para responder en caso de un incendio.

Protección Pasiva contra Incendios:

  1. Es intrínseca a la estructura: La protección pasiva contra incendios involucra medidas incorporadas en el diseño y la construcción de edificios que buscan limitar la propagación del fuego y retrasar su avance sin requerir intervención humana.
  2. Funciona en todo momento: Estas medidas están en su lugar en todo momento y no requieren activación o intervención. Forman una barrera permanente entre áreas de incendio y áreas seguras.
  3. Ejemplos de protección pasiva: Puertas cortafuego, paredes cortafuego, sistemas de compartimentación, sistemas de resistencia al fuego para estructuras y materiales, revestimientos ignífugos.
  4. Menos mantenimiento activo: Aunque los elementos de protección pasiva pueden requerir inspecciones y mantenimiento periódico, en general, necesitan menos intervención activa que los sistemas de protección activa.
  5. Previene la propagación del fuego: En lugar de controlar directamente el fuego, la protección pasiva se centra en evitar que el fuego se propague rápidamente a otras áreas del edificio, lo que da tiempo para evacuar y para que los servicios de bomberos lleguen y controlen la situación.

 

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